Un viaje a lo largo de un río hispano-luso y sus jardines más vetustos y evocadores

El río Duero abraza Oporto antes de hundirse en el Atlántico. Desde su lejano nacimiento en tierras sorianas va recorriendo lentamente sus casi 900 kilómetros y como todos los ríos va imponiendo una cierta forma de ser y estar. Escarpadas laderas, cubiertas de vides y siglos de modificación y aterrazamiento del paisaje original le han valido el título de paisaje cultural por la Unesco.

En Oporto, su bellísimo casco histórico, la hace una de las ciudades más evocadoras de Europa. Serralves nos muestra su esplendor decó, cuando un vizconde atrevido y viajado, construyó quinta y jardín influenciado por el movimiento moderno. Jardines antiguos salpican el territorio, como el Botánico, situado en una antigua finca bodeguera de origen danés - los Andresen- Aveleda, Mateus...

La región está llena de joyas monumentales como Guimaraes, Braga, con un soprendente Museo dos Biscaínhos esconde con avaricia detrás de sus muros unos hermosos y decadentes jardines barrocos. Tocando a la frontera gallega, el festival de jardines de Ponte de Lima pone el contrapunto a este Portugal antiguo y señorial y muestra nuevas formas de hacer jardines.